Un poema sin nombre
Alma mía, no estés más triste
vuelve del castillo del aburrimiento eterno
que en cualquier momento llego yo del infierno
y me contarás todo lo que viste.
Alma mía, no acompañes a la soledad
ella se pude cuidar sola
y aunque no da pie con bola,
las dos sabemos que es verdad.
Alma mía tienes como obligación
entregarme lo que me corresponde
las cartas del amor que no me responde
de las cuales sin embargo, conservo la ilusión.
Tuesday, January 20, 2004
Mi corazón de piedra es casi perfecto. Cumple con la función de mantenerme viva, pero tiene un defecto: puede sentir.
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