Dead to me...
Después de todo lo que ha pasado me encataría dejar de lado todo lo que me hace mal. Todo lo que me perturba, todo lo que me angustia, lo que me desespera, lo que no puedo hacer, lo que no entiendo, lo que no quiero, lo que no me gusta, lo que me pone de mal genio.
Me encantaría dejar de sentirme impotente ante ésta situación en la que nos ha puesto la vida. Quiero dejar de sentir que la vida ya no está en manos de nadie, que el destino escogió por nosotros.
Listo, ésta fue la vida que nos tocó, las enfermedades contra las que nos tocó luchar, los demonios contra los que nos tocó pelear, las maldiciones que nos tocó aguantarnos y si así va a seguir ésto sólo nos resta vivirlo. Nada qué hacer.
Me pregunto hoy más que nunca si vale la pena todo.
Las cosas pasan por algo... el equilibrio de la vida.
Me pregunto si vale la pena esperar, porque ni siquiera sé si hay algo para esperar.
¿Qué habrá detrás de todo ésto?
Tal vez no pueda levantarme todos los días bajo un mismo cielo... tal vez mañana ya no vea al cielo. Inclino la cabeza esperando a que se aparezca ante mis ojos, pero ¿cómo perdonar que se haya ido? ¿Cómo entender que ya no se aparece? ¿En dónde puedo buscar la luz que me hace falta?
Va más allá de lo que imaginé y creo que está apunto de sobre pasarlo. Nunca había sentido éste momento tan cerca. Y no quiero seguirlo sintiendo. No quiero que siga pasando el tiempo. No quiero que se vaya.
Hoy simplemente, no quiero seguir sientiendo...
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