Sunday, May 22, 2005

Ya no importa.

He visto muchas cosas, y he dejado de ver otras tantas. Ya no importa, ya no importa, porque todo lo que pueda ver no tiene mucho sentido, y sin embargo, lo tiene todo.
Quiero dejar de mirarme al espejo y ver la sombra de una esperanza ridícula y estúpida que no me deja caminar tranquila bajo el sol. Déjame, déjame que no se me da la gana quererte. Déjame que así es la vida. Unas veces te dejan, otras veces tu abandonas y da lo mismo, porque al fin de cuentas, siempre se está solo.
Y ya no importa, porque sólo espero la costumbre, la costumbre que me abandonó hace días, la que me hace falta para seguir dando pasos agigantados hacia tu olvido.
Qué traición la cabeza mía! Ya no me puedo ni confiar un olvido, porque lo recuerdo siempre, y lo que debo recordar, lo abandono.
Así es la vida, un abandono. Abandono tras abandono. Algunos se abandonan a la tristeza, otros, a la risa. Algunos otros al olvido y otros a la música y las letras. Se abandonan a una vida enamorada de la vida de todos, menos de la propia, a una vida enamorada del pasado bueno y del malo, pero siempre del pasado, porque aunque quiera, no es capaz de levantar la mirada y caminar hacia adelante, sea hacia donde sea. Y así corra hacia una pared, quiere hacerlo, quiere hacerlo, y hablar con la misma, o con su soledad, o con la una de la mañana, o con nadie y con todos al tiempo, y con el tiempo, por supuesto, porque quiere decirle que la deje en paz, que así a él no le parezca, ella va a salir corriendo despacio, y se va air caminando con pasos largos pero lentos diciendo "despacio que tengo prisa", y va a dejar que la música vuelva cuando tenga que volver, y el miedo se vaya cuando se tenga que ir, y la vida la abandonde una vez más hacia la risa y el olvido y la falta de importancia.