Por una sonrisa
Entonces no es esperar a que la nieve de las esquinas se derrita con el sol de tu llanto.
No es esperarte bajo la lluvia en un minuto de silencio.
¿Podrías decirme entonces cuál es la gracia del amor?
¿Podrías decirme entonces, porqué te quiero tanto?
¿Si entre nubes de espanto y lágrimas de dolor, encuentro un refugio a lo que temo tanto?
¿Te importaría acaso explicarme, el sentido de la vida en colores?
¿El porqué de las lágrimas y la sombra de tu ausencia?
¿Si entre más esquivo tu alma, más me mata tu presencia?
Es que de veras no entiendo cómo pueden haber prados colmados belleza, esa belleza tuya que sólo existe entre las flores y que desde hace varios días me recuerda mi tristeza.
¿Tienes el tiempo y el valor para explicarme entonces por quién y para qué me dejaste? ¿Será que entre tu vida, ya no me quieres como alguna vez me amaste?
Podrías dejarme una nota escrita, contándome las horas y los minutos vividos, pero ¿para qué lo harías si yo no lo he olvidado? ¿Para que vas a recordarme lo que no ha de ser recordado?
Entonces ya ves que no se trata de esperarte, pues esperarte a veces me hace daño. Ya ves que no se trata del silencio, porque al silencio no le importan los años. Podría estar esperándote hace un siglo o un minuto, pero ¿a quién le importa? ¿a quién habría de importarle, si ya no me quieres ni me sonríes y por una sonrisa me dejaste?
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