Sunday, June 06, 2004

Un sol

Que no se me escape nada del paisaje donde te contemplo estudiando una melodía en un sueño tan profundo en el que no te escuchas ni a tí mismo.
Hay quienes dicen que las miradas se sienten... no es fácil. No es fácil saber si te están mirando cuando ni el espejo responde al otro lado de la imagen.
Viajé por tu pasado, descubrí cosas nuevas, gente nueva que en tí son un sólo recuerdo más.
Por seguir ése camino siguen viajando recuerdos, cosas que me hubiera gustado haber tenido, o al menos siquiera, sentido con el brillo de tus ojos... es el brillo de tus ojos el que me hace pensar que algún día veré escrito mi nombre. Lo encontraré en alguna de las cajitas donde guardas recuerdos que no entiendo... donde guardas las cosas que cada vez te atan menos a ése lugar.

Si abro la cajita... pero no, eso a mí no me corresponde. Eso no es mío, aunque tenga mi nombre dentro. No me marca a mí, aunque sepa la respuesta.
Es la realidad de todos los días la que me hizo aterrizar en un sueño, porque no me la aguanto... Realidad: no te aguanto.
Podría ser signo de debilidad, pero lo estoy buscando. Lo estoy buscando entre las piedras, entre los rincones del planeta, a ver si algo aparece... a ver qué respuesta trae consigo el hecho de estar vivo. El hecho de poder escuchar el tiempo, de ver pasar las estaciones, de ver cómo crece el pasto, los árboles, la naturaleza, tu corazón, para luego, cortarlo casi todo porque no cabe en ninguna parte.
No puedo soñar tanto... no es normal. Es un paisaje que apenas he mirado, un círculo donde no me he movido, un sol que no se ha ocultado.
Un sol el que traes tu. El que trae tu mirada, tus gestos, tu pasado, tus recuerdos, que brilla sobre mi paisaje, donde espero, no se me haya escapado casi nada de lo que vivimos en éstos días...



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